Tuesday, February 28, 2012

MILAN FASHION WEEK - FALL 2012

Gucci
Versace


















Jil Sander
DSquared2



















Dolce & Gabbana
Bottega Veneta



















Prada
Pucci





















 









































Lo más relevante en cuanto a diseño en Milán fueron las colecciones de Jil Sander principalmente, luego Gucci, Bottega Veneta y Pucci. No obstante, la noticia de primera plana fue la shockeante partida de Raf Simons de Jil Sander, un hecho más imputable a eslabones flojos en la estructura estratégica de la empresa que a cualquier falencia de su director creativo. Sin duda, uno de los mejores diseñadores de hoy, cuyas colecciones cosecharon las mejores críticas para Jil Sander y a quien esperamos aguarde un futuro aún más brillante.

- Gucci: El glamour decadente que distingue a Frida Giannini se desprendió esta temporada del alto voltaje erótico y las fiestas descontroladas hasta el amanecer. La lujuria aún estaba allí, sólo que cristalizada en el oscuro romanticismo de finales del siglo XIX y en el Art Nouveau. La sensualidad y el colorido de esas sombras del pasado se reflejó en el estilo dandi andrógino de capas envolventes y trajes de terciopelo con pantalones jodhpur y botas de montar de cocodrilo, el jacquard y el estampado de orquideas salvajes, las blusas con reminiscencias pre-rafaelistas, el bordado barroco del chifón junto a las plumas de pavo real y los insinuantes vestidos de sirena en pliegues de tul bordado en piedras. Una colección boho-deluxe y femenina en plena armonía con Gucci.

- Prada: Miuccia suele incluir algún elemento intrigante en sus desfiles, del mismo modo que tiende a pervertir en ellos cualquier bucle revivalista. Fuera de un concepto o inspiración específica, las "princesas virtuales" de Prada fueron las emisarias de su simple mensaje de placer por la moda, expresado en una revisión de sus particulares señas de identidad: motivos geométricos y op-art en jacquards color naranja y violeta, vistosos racimos de abalorios bordados, formas de línea recta y llamativas plataformas. Sumado a los mega-apliques en plexiglas y piedras que surcaban abrigos, estilizados chalecos-vestidos, trajes, botamangas y cuellos de camisas, los impecables pantalones tobilleros dieron la nota, llevados incluso debajo de vestidos largos. El sello juvenil e intelectual de Miuccia también apareció con cinturones en torno a un talle más alto que lo normal,  estampados gráficos evocadores de alfombras retro y siluetas pijama.

- Jil Sander: El ánimo imperante era de profunda emoción por tratarse de la última presentación de Raf Simons tras siete años al mando de diseño de la casa alemana, el cual retomará su fundadora. Y vale resaltar que, junto a la ovación, el llanto y las flores que acudieron a su despedida, también lo hizo su genio creativo, con una colección irreprochable, alusiva a las horas en la vida cotidiana de una pareja. Desde la mañana, con estupendos abrigos de doble faz en lana gris perla, rosa malvavisco y capuchino llevados como si fueran ondulantes albornoces y sutiles vestidos lenceros, hasta el atardecer con sensuales vestidos de cocktail negro de moderna deconstrucción y cierto descontrol con insinuantes recortes, algo de cuero y hasta paneles de vinilo.

- Bottega Veneta: La traducción del mensaje de Tomas Maier al describir su colección como "estructurada sobre una estricta precisión y un allure desarmante", llegó veloz y contundente a la pasarela, con refinados vestidos de terciopelo y gasa y sastrería en una gama predominante de negro, granate y azúl cobalto. Entre las cualidades principales del conjunto estaban la gracil proporción de siluetas espigadas y algunas reminiscentes del New Look, los compactos tejidos de lana mate y los pulóveres en punto elástico con pantalones de pirata.

- Dolce & Gabbana: Pura sustancia barroca siciliana, como capturada de los aposentos del fantástico palazzo de la dupla creativa y plasmada en dramáticas vestimentas. Primero, la profusión ornamental de oro por doquier, ribeteando capas, faldas, vestidos y shorts en terciopelo, chiffón y encaje negro y pocos destellos de luz con blusas con volantes y vestidos de encaje blancos. Luego llegó la insinuación multicolor floral y angélica en accesorios que pronto mutó en íntegros vestidos y monos de los mismos estampados, más otros bordados como en labores de aguja, que reafirmaron el carácter teatral de la propuesta.

- Versace: Y un día Donatella se atrevió a readaptar alegremente piezas icónicas del legado de su hermano Gianni, especialmente los elementos góticos de su última colección en 1997. Gracias a su demostración de "coraje", en su colección otoñal pudo verse otra vez la famosa cruz bizantina, hundida en vestidos de encaje o bordada en abrigos de terciopelo negro, la paleta monocromática, la cota de malla plateada y el estilo heavy metal con tachas sobre vestidos de cuero con corset. Inclusive la logomanía kitsch del fallecido diseñador hizo acto de presencia con su apellido en letras de molde estampado sobre vestidos con peplum a la cadera en encendidos naranja y amarillo.

- Pucci: Chaquetas de smoking, vestidos tubo de manga larga con rendijas transparentes en secciones clave y otros con aberturas en la espalda en lana y chiffón negro y púrpura son algunos puntos de referencia de la seductora colección de Peter Dundas, quien se despoja progresivamente de su firma hippie-deluxe. A su vez, la vocación artesanal a escala couture del diseñador noruego emergió en adorables vestidos de seda de noche, bordados, tejidos y un renovado estampado en tonos beige, lavanda y azúl profundo.

- DSquared2: Como en una fiesta de graduación de colegio secundario, posiblemente situada en los años de Grease, a juzgar por los peinados inflados. Desde la campera de croco verde combinada con pantalones capri rosa, los sweaters de mohair, las camisas abotonadas, las faldas lápiz de lamé, los montgomerys y los jeans arremangados hasta el buzo de rugby en visón, todo parecía pensado para buenas colegialas. Inclusive los vestidos funda negros para el baile respetaron la regla. Claro que la nota rebelde debía figurar en un desfile de los hermanos Caten, aunque más no fueran cigarrillos colgando casi al descuido entre los dedos inocentes y destellantes stilettos.


The most relevant in terms of design in Milan were the collections of Jil Sander mainly, after Gucci, Bottega Veneta and Pucci. However, the headline news was the shocking departure of Raf Simons of Jil Sander, a fact more imputable to weak links in the strategic structure of the company than any shortcoming of his creative director. Definitely one of the best designers of today, whose collections garnered the best reviews for Jil Sander, and who all expect will have an even brighter future.

- Gucci: The decadent glamour that distinguishes Frida Giannini came off this season of the erotic high voltage and riotous parties until dawn. The lust was still there, only crystallized in the dark romanticism of the late nineteenth century and Art Nouveau. The sensuality and color of those shadows of the past are reflected in the androgynous dandy style of enveloping capes and velvet suits with jodhpurs and crocodile riding boots, the jacquard and printing of wild orchids, blouses reminiscent of pre-Raphaelites, the baroque embroidered chiffon alongside peacock feathers, and flirtatious mermaid gowns in pleated tulle embroidered on stones. A feminine, boho-deluxe collection in full harmony with Gucci.

- Prada: Miuccia usually includes some intriguing element in her shows, just as she tends to pervert in them any revivalist coil. Outside of a specific concept or inspiration, Prada's "virtual princesses" were the emissaries of her simple message of pleasure for fashion, expressed in a revision of her particular identity: geometric and op-art motifs in orange and violet jacquards , showy clusters of beadworks, straight line shapes and statement platforms. Adding to the colorful Plexiglas appliqués and chunky jewel embellishments that cleaved coats, stylized sleevless coatdress, suits, cuffs and collars of shirts, the immaculate ankle pants gave the note, taken even under long dresses. Miuccia's juvenile and intellectual hallmark also appeared with belts around a higher-than-normal waist, graphic prints evocative of retro carpets, and pajama silhouettes.

- Jil Sander: The prevailing mood was deeply moved, for this was the last presentation of Raf Simons after seven years at the helm of the German design house, which will resume her foundress. And worth noting that, along with the cheers, tears and flowers flocked to his farewell, so did his creative genius, with an impeccable collection, alluding to the hours in the daily life of a couple. Since morning, with wonderful double-faced coats of wool in pearl dove-gray, marshmallow pink and cappuccino taken as they were billowing bathrobes and subtle lingerie-style slip dresses, until sunset with sexy black cocktail dresses of modern deconstruction, and certain lack of control with insinuating cuts, leather, and even PVC panels.

- Bottega Veneta: The translation of Tomas Maier message describing her collection as "structured on a strict precision and disarming allure", came swiftly and forcefully to the catwalk, with refined velvet and chiffon dresses and tailoring in a predominant black, maroon and blue cobalt color range. Among the set's main qualities were the proportion of graceful willowy silhouettes, and some reminiscent of the New Look, the compact-wools in matte hues, and the cropped pants matching ribbed sweaters.

- Dolce & Gabbana: Pure Sicilian Baroque substance, as captured in the chambers of the fantastic palazzo of the creative duo, and reflected in dramatic costumes. First, the golden ornamental profusion everywhere, trimming coats, skirts, dresses and bloomers in velvet, chiffon and black lace and a few flashes of light with frilly blouses and white lace frocks. Then came the multicolor floral and angelic overture in accessories that soon mutated into full-on dresses and jumpers of the same patterns, plus others embroidered like done in needlepoint, which reaffirmed the theatrical nature of the proposal.

- Versace: And one day, Donatella dared to happily readapt iconic pieces of the legacy of brother Gianni, especially the Gothic elements of his last collection in 1997. Thanks to her demonstration of "courage", in her fall collection it was seen again the famous Byzantine cross, sunk in lacy dresses or embroidered in black velvet coats, the monochromatic palette, the silver chainmail, and heavy metal style with studs over leather corset dresses . Even the late designer's kitsch logomania showed up with his surname printed in oversize letters on frocks with peplums shaping at hips in glowing orange and yellow.

- Pucci: Tuxedo jackets, long sleeved sheath dresses with transparent slits in key sections, and others with openings in the back in black and purple wool and chiffon are some benchmarks of the seductive collection of Peter Dundas, who gradually sheds of signature hippie-deluxe. In turn, the Norwegian designer's couture craft vocation emerged in lovely evening silken gowns, embroideries, fabrics, and a fresh print in beige, lavender and deep blue.

- DSquared2: Like a high school prom, possibly located in the years of Grease, judging by the bouffant hairdos. From the croco green jacket combined with pink capri pants, the mohair sweaters, the buttoned up shirts, the lamé pencil skirts, the toggle coats, and rolled-up jeans to the mink rugby sweatshirt, all seemed designed for good schoolgirls. Even the black sheaths for the ball respected the rule. Of course, the rebellious note should be included in a fashion show of the Caten brothers, if only were cigarettes casually dangling between innocent fingers and glittering stilettos.

 
Photo Credit: Style.com

Thursday, February 23, 2012

LONDON FASHION WEEK - FALL 2012

Mary Katrantzou
Burberry Prorsum












Erdem
Matthew Williamson











Christopher Kane
McQ













Giles
Peter Pilotto







































































































Aparte de aquellos que honran su herencia cultural, varios niños prodigio del diseño inglés se distinguen por su enfoque irónico de la clase y la tradición británicas.
Por otra parte, Londres parece girar últimamente en torno a los vivaces prints digitales, lo cual no necesariamente es algo malo, cuando los diseñadores logran controlar la tensión entre lo clásico y lo creativo. Especialmente si vienen a la mente las hiper-realistas y provocativas impresiones de Mary Katrantzou, quien afianzó sus credenciales esta temporada al contar con la colaboración del Atelier Lesage y sus preciosos bordados de cristal. Además, la diseñadora griega plasmó pedrería sobre vestidos encorsetados y diversas siluetas de compleja construcción, todo en una ordenada sucesión de colores brillantes y estampado digital de cucharas, perchas, máquinas de escribir y hasta gomas de borrar. En Peter Pilotto el print de referencia eran las masivas luces de los camiones japoneses, las decorativas máscaras chinas y jardines rimbombantes, en una paleta base de colores primarios. Alucinantes también, los parches curvados, los recortes a láser y el juego de tirantes entrecruzados en sus vestidos, que a su vez balanceaban los eléctricos estampados. Erdem sorprendió a su público con una vuelta de tuerca fetichista dark a sus controlados diseños florales e hiper-femeninos, al condimentar con colores neón y materiales tecnológicos como latex engomado sus delicados vestidos de encaje, satén y gasa.
Matthew Williamson a menudo es acusado de perderse tanto en su entusiasmo por los adornos y motivos de ensueño que casi pierde el equilibrio. No obstante, al madurar profesionalmente, el diseñador va atenuando sus impulsos, pese a conservar su afición a las telas brillosas, el colorido pastel y la pedrería en mosaico. Su propuesta otoñal llevó ese arcoiris a sacones de piel, el brillo a los pantalones de cuero metalizado y una moderada dósis de su ornamentación a vestidos de cocktail, algunos en versión estructurada, con paneles y recortes sexy.
Giles Deacon, fiel a su provocadora vocación couture, exploró el romanticismo macabro en una presentación sugerente del después de un incendio en un ambiente señorial. Inquietante y chic, desde los estampados que replicaban tapicería quemada en blusas de chifón y faldas de organza con recortes de vuelos y plumas bajo el ruedo; el satén y encaje metalizado cortados a láser, hasta la impecable cobertura de sobrias chaquetas sobre el jirón de algún vestido o los de tul blanco que parecían haber sufrido la acción del fuego y manchones acuosos. Una colección impregnada de majestuosa melancolía. Otro que se internó en el lado oscuro fue Christopher Kane, con looks dramáticos de bouquets fúnebres y sombríos animal prints.
En el márgen de la corrección, Burberry Prorsum demostró lealtad a su ADN británico con su glamoroso despliegue de prendas de abrigo: capas, bombers, chaquetas campesinas, de montar y, por supuesto, su icónico trench coat, en mix de tweeds, lanas y gabardinas. No obstante, el director creativo Christopher Bailey centró además su atención en las caderas femeninas, con bolsillos abultados bajo una cintura definida, peplums y una falda lápiz con un gran volante diagonal. Como siempre, el diseñador dedicó especial atención al detalle artesanal y se limitó a una gama otoñal con extras en verde y amarillo.
Tratandose del primer show de la línea difusión de McQueen, McQ, despertó gran expectativa, sobre todo al presentar una performance artística de la modelo Kristen McMenamy. Un homenaje más a Alexander McQueen, quien adoraba esas dramáticas puestas en escena. Pero la atracción principal fue la ropa: Sarah Burton recogió los elementos favoritos del fallecido diseñador: levitas en gama militar, tartán y encaje, faldas de tul con apliques frondosos y botas de caña alta acordonadas.

Apart from those who honor their cultural heritage, several English design wunderkinds' approach is distinguished by irony of the class and the British tradition.
Moreover, London lately seems to revolve around vivid digital prints, which is not neccesarily a bad thing, when designers get a grip on the stress between classic and inventive. Especially if they come to mind the provocative and hyper-realistic prints of Mary Katrantzou, who cemented his credentials this season by having the assistance of the Atelier Lesage's precious crystal embroideries. Besides, the Greek designer put rhinestones on corseted dresses and various silhouettes of complex construction, all in an orderly succession of brilliant hues and digital printing of spoons, hangers, typewriters, and even erasers. In Peter Pilotto the referential patterns were Japanese massive lighting trucks, the decorative Chinese masks and flamboyant gardens, in a base palette of primary colors. Also hallucinating, the curving patches, the laser cuts and the game of crisscross straps in his frocks, which in turn balanced the electrical prints. Erdem surprised his audience with a dark, fetish twist to his controlled floral and hyper-feminine designs. He flavored his delicate lace, satin, and chiffon dresses with neon colors and high-tech materials like rubberized latex.
Matthew Williamson is often accused of getting so lost in both his enthusiasm for the ornaments and dreamlike motifs he almost loses his balance. However, as the designer professionally mature, his impulses fade, despite keeping his fondness for shiny fabrics, colorful pastel and mosaic gems. His fall proposal took that rainbow to fur coats, the shine to metallic leather pants, and a moderate dose of decoration to cocktail dresses, some in structured version, with panels and sexy cuts.
Giles Deacon, true to his provocative couture vocation, explored the macabre romanticism in a presentation suggestive of after a fire in a mansion. Disturbing and chic, from the patterns that replicated burned upholstery chiffon blouses and skirts of organza cut-ruffles and feathers under the hem, satin and laser-cut metallic lace, up the flawless coverage of sober jackets over a scrap of dress or the white tulle of gowns that seemed to have suffered the action of fire and watery stains. A collection imbued with majestic melancholy. Another who went into the dark side was Christopher Kane, with dramatic looks of funereal bouquets and gloomy animal prints.
In the margin of correction, Burberry Prorsum showed loyalty to its British DNA with its glamorous array of outerwear: coats, bombers, peasant and riding jackets, and, of course, its iconic trench coat in mix of tweeds, wool and gabardine. However, creative head Christopher Bailey also focused attention on women's hips, with padded pockets under a defined waist, peplums and a pencil skirt with a large diagonal ruffle. As always, the designer paid special attention to craftsmanship detail and was limited to autumnal colors with green and yellow extras.
Being the first McQueen diffussion line's show, McQ, aroused great expectations, especially when model Kristen McMenamy featured in a performance art feature. A homage to Alexander McQueen, who worshiped such dramatic sessions. But the main attraction was the clothes: Sarah Burton picked up the late designer's favorite items: frock coats in military shades, tartan and lace, tulle skirts with leafy appliques, and high-laced boots.

Photo Credit: Style.com

Monday, February 20, 2012

SUMMER COLOR ROMANCE

 
 
 
Esta es la última entrada que publico de mi paso por Punta del Este. Al cabo de haber recibido numerosos comentarios de colegas y amigos del Hemisferio Norte -que hasta ahora siguen padeciendo en sus países uno de los inviernos más crudos de los que se tenga registro-, no puedo menos que agradecer los cálidos días que nos quedan por disfrutar aquí. Así con todo, piénsenlo un instante y abracen con entusiasmo cada segundo de felicidad que les regale la vida, ya sea un amor de verano, una tormenta perfecta, la ocasión especial para lucir esa prenda, o lo que sea que les haga sonreir el alma.
El top es de Mango, la falda de Satine L.A. y los zuecos de Saverio di Ricci.
 
This is the last entry I post of my time in Punta del Este. After receiving numerous comments from colleagues and friends of the Northern Hemisphere -who so far in their countries continue to suffer one of the coldest winters on record-, I can only be thankful for the warm days we have left to enjoy here. So with everything, just think for a moment and wholeheartedly embrace every second of happiness that life gives away, be it a summer love, a perfect storm, the special occasion to wear that garment, or whatever makes your soul smile.
The tank-top is from Mango, the skirt from Satine L.A., and the clogs from Saverio di Ricci.

Friday, February 17, 2012

NEW YORK FASHION WEEK - FALL 2012

Ralph Lauren
Narciso Rodriguez
Oscar de la Renta
Victoria Beckham
Jason Wu
Prabal Gurung

Marchesa




Zac Posen































Donna Karan
Incluso antes de que New York diera su saque inicial al mes de la moda oficial, seguían ganando terreno diversas especulaciones acerca de la progresiva irrelevancia del formato pasarela en un contexto cultural 2.0. Si hubo una reacción lógica por parte de la industria frente a la aceleración del cambio y la inmediatez que impone la realidad digital, sin duda fue una brusca sacudida para los diseñadores, cada vez más condicionados a sacar provecho de la informática -en vez de ser víctimas de la copia que facilita- y abrir nuevos caminos en sincronía con las posibilidades de la transmisión simultánea de desfiles en alta calidad y la interacción mediante redes como Twitter. Aparte de eso, desde el advenimiento de Tavi Gevinson, también fue imparable la proliferación de blogs de adolescentes encandilados por la moda y autorizados a opinar desde cualquier lugar y grado de conocimiento. A estos factores se suman, entre otros, el exorbitante costo de montar un show de moda y los cuestionamientos acerca de su utilidad neta para el impulso de las marcas. Pese a todo, resulta dificil imaginar la moda sin la pasarela, ¿como se vería una tienda de lujo con sus escaparates vacíos?


- Jason Wu: Sin hacer un calco de su imaginería, el diseñador taiwanés revisitó la China Imperial con un desfile plagado de alusiones a la dinastía Qing, Marlene Dietrich en El Expreso de Shangai y hasta los uniformes del ejército rojo. Una imponente y moderna escuadra de modelos hizo gala de sus chaquetas Mao, hombreras militares, dramáticos bordados sobre capas, brocados, detalles en piel y sinuosos vestidos de seda con pespuntes curvilíneos al estilo del tradicional cheongsam, todo barnizado ampliamente por una paleta temática de rojo, negro y dorado. Una potente propuesta para la informalidad del día y el lujo de la noche, si bien no del todo exenta de la detectable influencia de pasadas presentaciones de otras casas de diseño, como Burberry y Louis Vuitton.
- Prabal Gurung: Otro portento de la camada de talento jóven en NuevaYork que apuesta cada vez más fuerte a la expansión de su negocio, sin descuidar su rica dote creativa. Su ostentoso despliegue de estricta sastrería en negro con intrincados detalles en piel y charol, vestidos estampados y ornamentados en azúl y luego, los destinados a la alfombra roja, como el número de tul cubierto en pedrería azabache, fue un alarde de la creciente maestría de sus tijeras y su excesiva construcción. Audáz, a su vez, la conjunción de prints llamativos -incluídos los reconocibles cráneos de vaca de la pintora Georgia O'Keeffe-, junto a volados, transparencias y voluminosa bijoux. A Gurung también le costó escapar al desliz en la omnipresente estética de Riccardo Tisci, lo cual, pese a ser un alerta, no interfirió en el allure de su propio halo.
- Victoria Beckham: Posh volvió a dar en el blanco al poner en pasarela su propuesta diurna, estrechamente vinculada a su propio entorno familiar, con detalles deportivos e insinuaciones a la vida hogareña, eso sí al modo de su sofisticada superwoman. A sus característicos vestidos de jersey entallados hasta la rodilla y las notorias cremalleras posteriores, la mejor modelo de su propia etiqueta sumó cuellos polo, estratégicas rayas horizontales y simpáticos vestidos cortos con falda de animadora, todo en el mismo equipo de modernas botas cortas y calcetines en interesantes contrastes cromáticos.
- Zac Posen: Una vez retirados del cuadro los detalles superfluos de su colección temática de Japón -lease enormes fajas obi de estampado kimono y algún dudoso clutch en forma de pagoda-, la propuesta de Posen fue inobjetable en su familiar registro drama-glam. Con aires y dignidad artesanal de Haute-Couture, desfilaron trajes-falda de precisa construcción, elaborados vestidos de cocktail en telas suntuosas como los de satén duquesa champagne y la falla de seda para el cierre teatral de un strapless de gala en azúl medianoche.
- Donna Karan: Tras un paréntesis inicial con pasadas de su línea Casual Luxe, la diseñadora sacó a relucir el célebre sello de su etiqueta, con sus característicos vestidos envolventes en jersey junto a trajes sastre de escultural pulcritud. La referencia inmediata y agradablemente trasladable a ambientes actuales era el viejo Hollywood, muy encarnado en la figura de Marlene Dietrich: El Ángel Azúl sobrevoló la pasarela con las rigurosas chaquetas de esmoquin, la faja de frac, el chaqué clásico -nunca tan sexy-, las hombreras, la raya diplomática en lana gris marengo para vestidos de cocktail, los tajos frontales y las seductoras galeritas.
- Oscar de la Renta: Sin desestimar su rol de excelso proveedor de lujo textil para su fiel y madura cohorte de Park Avenue, de la Renta apunta a expandir la órbita de su clientela con particular insistencia en el ala jóven. Y qué mejor armamento que una precisa rampa de marketing y un ramillete de looks indeclinables para las it-girls de la ciudad. Empezando por la profusión de alta joyería, no sólo en diademas, apliques colgantes y broches rutilantes, sino también en el llamativo estampado digital de piedras preciosas y perlas, y siguiendo por los sweaters con ochos y los mini-vestidos de cocktail en azucaradas sedas en rosa y celeste, hasta culminar en la alfombra roja o en la gala de debutantes con preciosos vestidos de tul cuyo drapeado no escondía del todo las piernas de las modelos.
- Narciso Rodriguez: La rama minimalista del diseñador rara vez se aparta del lado sensual, un área que domina al punto de no desvirtuar la simple cualidad de sus diseños ni siquiera cuando su construcción proviene de un remix geométrico de texturas y retazos, como en esta ocasión. El resultado siempre es una silueta perfecta aún al rebasar los límites de su estética habitual con abrigos de volúmenes inesperados, con vibrantes tonos bordó, naranja ladrillo, verde limón y oliva en vestidos de ruedo irregular y otros ensamblados en caprichoso contraste de telas como lana, tweed, algodón encerado y seda. Una oferta que incluso habría convencido a la sofisticada Carolyn Bessette Kennedy, una de las musas predilectas del diseñador cubano.
- Marchesa: La dupla creativa compuesta por Georgina Chapman y Keren Craig llamó su fuente de inspiración a la pintura A Soul Brought to Heaven del pintor francés William-Adolphe Bouguereau para su barroca colección otoñal. El reflejo de la obra estaba en la reproducción couture de alas y las plumas por doquier en el lienzo de vestidos cortos de brocado y largos de gasa y encaje vaporosos, más las alusiones al más allá con sutiles bordados anatómicos sobre tul adherente. Desde los aniñados vestidos con capa de suntuoso encaje bordado hasta los trajes dignos de una noche oscarizada como el despampanante strapless drapeado en lamé dorado, casi cada pasada era para el decadente ensueño de la niña interior.
- Ralph Lauren: Uno de los sumos pontífices del glamour americano de alta cuna volvió a saludar a otra de sus tantas pasiones por el buen vivir: el vestuario cinematográfico. De allí los rastros dispersos que quedaban de su Gran Gatsby primaveral, con sweaters de rombos aquí, y vestidos flapper y tipo columna con bordados Art-Decó allá. Pero a su vez, el diseñador presentó sus respetos al aristócrata británico con trajes y abrigos cruzados Príncipe de Gales en tela glen-plaid y el tilde colorido de mitones y foulards. También estaban los trajes de tres piezas de corte masculino en más campestres cuadros escoceses, mezclados con tweeds, y los de fino terciopelo en azúl y bordó. Varios de estos looks, llevados con bombines. La clase maestra de elegancia prosiguió naturalmente a la sección post-atardecer en negro y dorado con vestidos bordados de canutillos, escotes cubiertos en pedrería metalizada, estolas de plumas salpicadas de dorado y un par de lánguidos vestidos en satén fucsia.


Even before New York officially kicked off fashion month, various speculations about the increasing irrelevance of the catwalk format in a cultural context 2.0 continued gaining ground. If there was a logical reaction by the industry against the acceleration of change and the immediate nature of digital reality, it certainly was a sharp jolt to the designers, increasingly conditioned to take advantage of information technology -instead of being victims of the copy it facilitate-, and open new paths in sync with the possibilities of simultaneous transmission of shows in high quality and interaction through networks such as Twitter. Other than that, since the advent of Tavi Gevinson, was also unstoppable the proliferation of teen-bloggers dazzled by fashion and allowed to opinion from any position and degree of knowledge. To these factors add up, among others, the exorbitant cost of setting up a fashion show and questions about its net profit for the boost of brands. Nevertheless, it is hard to imagine fashion without the runway, how would look a luxury store with empty storefronts?

- Jason Wu: Without making a carbon copy of its imagery, the Taiwan-born designer revisited Imperial China with a fashion show full of allusions to the Qing dynasty, Marlene Ditrich's character in Shanghai Express, and even the uniforms of the Red Army. A striking, modern fleet of models showed off his Mao jackets, military epaulettes, dramatic embroidery on coats, brocade, leather details and sinuous silk dresses with curvilinear stitching, in the style of traditional cheongsam, all widely varnished by a themed palette of red, black and gold. A strong proposal for informality of the day and luxury of the night, although not entirely free from the detectable influence of past presentations from other design houses such as Burberry and Louis Vuitton.
- Prabal Gurung: Another portent of the crop of young talent in New York that's making ever higher bids on the expansion of his business, without forgetting his rich creative dowry. His ostentatious display of strict all-black tailoring with intricate details in skin and patent-leather, blue-printed and ornate dresses, and then those for the red carpet, as the tulle number covered on rhinestones, was a boast of the growing expertise of his scissors and excessive construction. Audacious, in turn, the combination of bold prints -including those recognizable cow skulls of painter Georgia O'Keeffe- along with ruffles, transparencies and bulky bijoux. Gurung, also struggled to escape slipping in the ubiquitous Riccardo Tisci aesthetics, which, despite being an alert, did not interfere with the allure of his own halo.
- Victoria Beckham: One more time, Posh hit the target , by bringing her daytime proposal to runway light, closely linked to her own family environment with sporty details and hints to home life, yet in her sophisticated superwoman-mode. To her signature fitted knee-length sheath dresses in jersey and the notorious back zippers, the best model for her own label added polo necks, strategic horizontal stripes and cute frocks with cheerleader skirt, all teamed up with modern booties and socks in interesting chromatic contrasts .
- Zac Posen: Once removed from the picture the superfluous details of his thematic collection of Japan -i.e. huge obi sashes in kimono patterns and a questionable pagoda-shaped clutch-, the proposal was unobjectionable Posen in his familiar drama-glam record. With air of Haute-Couture and handmade dignity, sharply tailored skirt-suits paraded with cocktail dresses in sumptuous fabrics like champagne duchesse satin, and silk faille for the theatrical closing of a strapless gown in midnight blue.
- Donna Karan: After an initial break past of her Casual Luxe line, the designer brought out the famous seal of her label, with her trademark wraparound jersey dresses next to tailored suits of sculptural neatness. The immediate reference and nicely transferable to current environments was old Hollywood, very incarnated in the figure of Marlene Dietrich: The Blue Angel flew over the catwalk with the rigorous tuxedo jackets, the cummerbund, the classic morning coat -sexier than ever-, the shoulder pads, the pinstripes for charcoal wool cocktail dresses, the frontal slits and the seductive mini top hats.
- Oscar de la Renta: Without neglecting his role as provider of luxury textiles for his faithful and mature cohort of Park Avenue, de la Renta aims to expand the orbit of his clientele, with particular emphasis on the young wing. And what better weapon than a precise marketing ramp and a bunch of indeclinable looks for the it-girls of the city. Starting with the profusion of fine jewelry, not only in actual tiaras, dangling crystals and glittering brooches, but also in the striking digital prints of gems and pearls, and following the cable-knit sweaters and silk cocktail frocks in sugary pink and blue, until culminating on the red carpet or debutante ball with precious tulle ballgowns, whose drapes did not hide completely the legs of the models.
- Narciso Rodriguez: The designer's minimalist branch rarely departs from the sensual side, an area he dominates to the point of not distorting the simple quality of his designs even when its construction comes from a geometric remix of textures and pieces, like this time. The result is always a perfect silhouette, even when exceeding the limits of his usual aesthetic with unexpected volumes in coats, with vibrant tones -burgundy, brick orange, chartreuse and olive green- in irregular hem dresses and others, spliced ​​together in whimsical contrasting fabrics like wool, tweed, waxy-coated cotton and silk. A offer that would have even convinced the sophisticated Carolyn Bessette Kennedy, one of the Cuban designer's favorite muses.
- Marchesa: The creative duo composed by Georgina Chapman and Keren Craig called his source of inspiration to the painting A Soul Brought to Heaven by French artist William-Adolphe Bouguereau for their baroque autumn collection . A reflection of the oeuvre was in the couture reproduction of wings and feathers everywhere on the canvas of brocade frocks and long sheer chiffon and lace dresses, plus allusions to the afterlife with subtle anatomical embroidery on fitting tulle . From the girlish caped mini-dresses in lavish embroidered lace to the eveningwear numbers worthy of Oscar-winning night as the stunning strapless in gold lame, almost every pass was for the decadent dream of the child within.
- Ralph Lauren: One of the high priests of American highborn glamour greeted again another of his many passions for the good life: the film costume. Hence the scattered traces that remained of his Great Gatsby spring with argyle sweaters here, and flapper dresses and Art-Deco embroidered column type's there. But in turn, the designer presented his respects to British aristocrat with Prince of Wales glen-plaid double-breasted suits and coats with colorful accents in mittens and scarves. There were also the three-piece suits of masculine cut in more rustic plaids, mixed with tweeds, and the ones in  blue and burgundy velvet. Several of these looks, worn with bowlers hats. The elegant master class went naturally into the post-sunset gold and black section with bugle beads embroidered dresses, jeweled necklines, golden-tipped feather stoles and a couple of languid gowns in fuchsia satin.

Photo Credit: Style.com

Tuesday, February 7, 2012

Punta del Este Style: LILY & ABRIL

































Más postales del verano en el St. Tropez de Sudamérica. Esta vez, desde la casa de la modelo Lily Sciorra en Manantiales y lo que dejó una divertida tarde que acabó en sesión de fotos con ella y su hija Abril, ambas presentando sus looks esteños.
La razón por la que me agrada ver posar a algunos famosos junto a sus hijos es que parecen olvidar por un instante ese instinto de proyectar su imagen pública, en virtud de mostrar mejor a la persona detrás. Por supuesto, Lily es despampanante, lo cual dificulta dejar de mirarla, al margen de lo que vista. Pero resulta que además, tiene un agudo sentido de la moda: arma conjuntos muy cool, acordes a las últimas tendencias y siempre a la par del accesorio ideal. Si bien con su personalidad explota bien el look de playa bohemio, es su evidente afición al estilo Pucci y cómo se apropia del mismo lo que me atrae de ella.
Por último, fuera del atractivo físico y la pasión que madre e hija comparten por las prendas de diseñador más exclusivas, cabe resaltar sus buenas maneras, algo que nunca pasa de moda.
 
More postcards of summer in the St. Tropez of South America. This time, from model Lily Sciorra's Manantiales seaside villa, and what left a fun afternoon that ended in a photo shoot with her and daughter April, both presenting their Esteño looks.
The reason why I like to watch some famous people pose with their children is that they seem to forget for an instant that instinct for projecting their public image, by virtue of better showing the person behind. Of course, Lily is stunning, which makes it difficult to quit looking at her, no matter what she wears. But it turns out she also has a keen sense of fashion: she assemble very cool outfits, in line with the latest trends and always at par with the ideal accessory. While with her personality exploits well the boho beach-chick look, it's her evident fondness for Pucci style and how she appropriates it what draws me about her.
Finally, beyond the good looks and passion that mother and daughter share for the most exclusive designer clothing, it is worth noting their good manners, something that never gets old.

Thursday, February 2, 2012

VINTAGE PRINTS & PUNTA

 
 
Así es con los estampados llamativos: dado que son tan personales, pueden ser muy discutibles. En mi caso, prefiero llevarlos en vestidos veraniegos y con accesorios reducidos a su más sencilla expresión. Apuesto a que en su día -allá por los 60-, este vestido se habrá visto fantástico combinado con una vincha bohemia de lazo al costado y botas gogó. Sin embargo, resulta improbable que un look como ese pueda transplantarse con éxito al presente, salvo que uno quiera convertirse en un cliché. Igual, la máquina del tiempo sigue probando su infalible funcionamiento para la inspiración de los diseñadores actuales: si observan el estampado de este vestido de Ossie Clark, verán su similitud con algunos del collage de prints botánicos de la última primavera de Dries Van Noten.
El vestido es de Decades, el soutien de Le Mystère, las sandalias de Perugia y las gafas de Oliver Peoples.
 
So it is with bold patterns: because they are so personal, can be very dubious. In my case, I prefer to bring them in summer dresses, with quite simple extras. I bet that in its heyday -back in the 60s-, this dress must have looked amazing combined with a bohemian headband with a loop to the side and go-go boots. However, it is unlikely that a look like that can be transplanted successfully to the present, unless one wants to become a cliché. Still, the time machine continues to prove its unfailing function for today designers' inspiration: if you observe the print of this Ossie Clark dress, will see its resemblance to some botanical prints of last spring's Dries Van Noten collaged ones.
Dress by Decades, bra by Le Mystère, sandals by Perugia, and shades by Oliver Peoples.
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